miércoles, 30 de julio de 2014

La moneda de la acción
En esta sociedad donde impera el dinero en la que vivimos en ocasiones nos olvidamos que nuestra moneda de cambio más importante son nuestras acciones. Pagamos con ellas todos los días a nuestros allegados y no tan allegados. Por lo tanto, debemos tener en cuenta que nada es gratis o regalado pero que no todo tiene un precio inalcanzable.
Podemos pagar el precio estipulado, es decir dar a cambio lo mismo que nos dan a nosotros y esa es la manera más correcta de utilizar la moneda de la acción. Habrá ocasiones en las que regatear y conseguir pagar con nuestras acciones un valor menor del inicial; habrá ocasiones en las que tengamos deudas con nuestra gente y debamos pagarles con intereses; e incluso habrá ocasiones en las que queramos timar o usar una falsa moneda lo cual, salvo que seas un profesional del tema, siempre te pillarán y acabarás sufriendo las consecuencias. Al fin y al cabo, si queremos hacer un mal a alguien o a nosotros mismos siempre recibiremos un mal resultado a no ser, como he dicho anteriormente, que seas muy experto en el tema y consigas atacar con la misma destreza que un ladrón atracar sin ir a la cárcel.
Por lo cual, debemos utilizar nuestra más valiosa moneda que es la acción de forma justa y honrada ya que siempre obtenemos lo que deseamos si estamos dispuestos a pagar el precio demandado por ello y siendo nobles, ya que queremos evitar que se vuelva en nuestra contra.


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