Obra de teatro escrita por Cris y Noe en el club literario Olladas. Os dejo aquí una obra de teatro breve aficcionada que he participado en escribir junto a una antigua colega del club literario.
(Noelia)
POLICÍA:
Buenas. Supongo que usted será la investigadora.
INVESTIGADORA:
Supone bien.
POLICÍA:
Yo soy el agente… y este es mi ayudante …
AYUDANTE:
Es un honor conocerla. He seguido su último caso. Un trabajo brillante. La
creía mayor…
POLICÍA:
Calla, necio, no subestimes a una mujer por su edad… ni a un hombre. ¿Tú te has
visto que pareces un quinceañero?
AYUDANTE:
Claro, señor.
INVESTIGADORA:
¿Y toda esta gente? Nos dificultará la discreción.
POLICÍA:
Ya sabe como son. Cuando empiece los cuartos de la copa del Dépor y el Celta
estarán entretenidos. El pueblo necesita espectáculo. Y el fútbol es el nuevo
opio del pueblo.
INVESTIGADORA:
Bien. Comencemos. ¿Habéis traído a los dos presuntos culpables?
AYUDANTE:
En el coche policial, señora.
POLICÍA:
Señorita.
AYUDANTE:
Eso.
INVESTIGADORA:
Da igual. Traédmelos.
POLICÍA:
Caso interesante, investigar a un alcalde.
INVESTIGADORA:
Más interesante será ver a lo que nos lleva.
(Entran el alcalde y la
educadora)
PUEBLO:
¡Ladrones!
PUEBLO:
Uníos todos a la lucha contra la corrupción.
POLICÍA:
¿Pero no había empezado el partido ya? En fin, alegra saber que aún quede
conciencia entre la gente.
INVESTIGADORA:
Nunca sobreestimar ni subestimar. Que estén apartados.
POLICÍA:
Chico, mantenlos lejos de nosotros y… de nuestros posibles culpables.
AYUDANTE:
Sí, señor.
PÈRIODISTA:
Hola. Les habla la reportera… Ya aparecen desde el coche policial los dos
presuntos implicados en la trama. Tenemos por aquí a la investigadora del caso.
¿Tendría algunas palabras?
INVESTIGADORA:
No, hasta que se resuelva el caso.
(La periodista hace un
parón en la cámara)
PERIODISTA:
Disculpe, investigadora, considero que sería un empujón a su carrera el hecho
de aparecer en televisión…
INVESTIGADORA:
Haga su trabajo como se lo ordenen y yo haré el mío como me lo han ordenado.
Entreviste a la gente concienciada entre la muchedumbre.
PERIODISTA:
Una pena.
PUEBLO:
¡Gol del Depor! ¿Fuera de juego? ¡¿Pero qué pitas c*****!?
INVESTIGADORA:
Que entre el alcalde… en la sala. Policía, venga conmigo.
Entrevista con el alcalde
INVESTIGADORA:
Buenas tardes, señor Adolfo.
ADOLFO:
Buenas tardes.
INVESTIGADORA:
Supongo que ya sabe que existen pruebas más que concluyentes en su delito. Hay
blanqueado de dinero y ha puesto parte de él en una empresa en un paraíso
fiscal.
POLICÍA:
Grave caso de corrupción. ¡Cómo tiene al pueblo! ¡Los hay que ni se inmutan
ante el derbi y otros que se suben por las paredes!
ADOLFO:
Supongo que sobra decir que estoy más que arrepentido.
POLICÍA:
Tomaré eso como que se declara culpable. Chico, ¿lo estás apuntando todo?
AYUDANTE:
Sí, agente. Es usted un hacha.
POLICÍA:
Cuando quiera que me hagan la pelota iré a una tienda de belleza.
AYUDANTE:
Claro, señor.
INVESTIGADORA:
Su firma está en distintos papeles, lo cual, sirven
como pruebas en el caso.
ADOLFO:
Cierto. Cabría decir que existen atenuantes en mi delito.
INVESTIGADORA:
Ahí quería llegar. Existe una segunda firma de quien tengo sospechas.
POLICÍA:
Y nos facilitaría el trabajo que usted nos confirmase el segundo nombre.
ADOLFO:
Yo… Yo no soy del todo culpable. No era del todo consciente cuando lo hice.
INVESTIGADORA:
Supongo que se refiere a que esa persona lo ha coaccionado.
ADOLFO:
No exactamente. Esa ramera, la educadora social del ayuntamiento.
INVESTIGADORA:
¿…?
ADOLFO:
Esa. Me engañó. Lo tramó todo para que yo fuera culpable de sus delitos.
POLICÍA:
Pero bueno, un hombre hecho y derecho cómo usted… ¿cómo pudo ser engañado tan
fácilmente?
ADOLFO:
Me da vergüenza reconocerlo. Pero lo contaré. Estaba en el despacho. Vino
dorada. Vestía un vestido dorado y traía una dorada botella de cava. No pude
evitar darle un trago. Seguía hablando con su voz cantarina, y tomé otro trago.
Todo era muy bonito. Hasta que se
acabó el cava. Ya habíamos llegado, por entonces, a un acuerdo. El ayuntamiento
financiaría su proyecto social. Y luego sacó cerveza dorada y yo ya sólo veía
dorado, el alcohol hacía su efecto. No me pude resistir. Entonces empezó a
hablar de la empresa y su dinero en negro, también dorado. Sacó un fajo de
monedas doradas junto a la cerveza. No lo pude resistir. Me puso una serie de papeles
en frente y los firmé. Todo era tan dorado... Me habló de la evasión fiscal y el
blanqueo de dinero durante los siguientes años y seguí firmando. Ese día marché
antes del despacho diciendo estar indispuesto. Al día siguiente me di cuenta
del tremendo error que había cometido. Apenas me acordaba de lo que había
firmado. Ella se mostró tan mustia ante mi llamada. Estaba dolida ante mi
rechazo, decía. No pude evitar sentir pena por ella y olvidar el tema. Quizás
no había sido tan malo, me dije. Y quise volver a verla, a escucharla como una
triste canción de trágico enamoramiento. La amé como quien ama lo que nunca
tuvo. Hasta que llegaron a mis manos los papeles que me había hecho firmar. La
odié, preparó el crimen perfecto. Orquestó una matanza haciéndome disparar la
bala que había preparado. Decidí tenderle una trampa y atarla a mí y a lo que
había hecho. Mire estos papeles. Conseguí que firmara y se demuestra su
complicidad. La amé y la odié al mismo tiempo. Ahora solo la odio pero caerá
conmigo si yo he de caer. Fue un accidente en la recta de sus labios.
INVESTIGADORA:
Bien. Usted sigue siendo culpable aunque le aseguro que tendrá atenuantes ante
el jurado, aunque no sé si ante su pueblo.
ADOLFO:
Exijo el derecho a ser protegido.
INVESTIGADORA:
Lo tendrá, lleváoslo.
(Marcha el alcalde)
POLICÍA:
Me lo creo. Parecía muy aturdido contando su historia. Ni me imagino la cara de
tonto que tendría cuando sucedió todo.
INVESTIGADORA:
Como investigadora sé que siempre hay algo que descubrir. Quizás en algo simple
y cotidiano puede haber algo sospechoso… y esconder un gran secreto.
POLICÍA:
Y vaya si lo había.
(Se oyen gritos de la
multitud)
INVESTIGADORA:
Vaya a calmar los ánimos. Fumaré un cigarrillo y en diez minutos quiero aquí a
la educadora social.
POLICÍA:
¿Quiere compañía?
INVESTIGADORA:
Aprendiendo a trabajar sola es como he aprendido a no necesitar a nadie.
POLICÍA:
Si sobramos yo o mi ayudante también aclárelo que el partido parece
interesante.
INVESTIGADORA:
Lamentablemente, el protocolo me obliga a que me acompañéis.
POLICÍA:
Todo sea por el bien del oficio.
(Salen el policía y su
ayudante al exterior)
PUEBLO:
¡Penalti!
PUEBLO:
¡No era!
PUEBLO:
¡Vamos!
PUEBLO:
¿Cómo fallas eso?
PUEBLO:
¿Dónde está el alcalde ladrón?
PUEBLO:
¡Uníos a la lucha contra la injusticia!
POLICÍA:
Ciudadanos, calma. La justicia se está resolviendo aquí dentro.
PUEBLO:
¡Es ahí donde está nuestra lucha!
PUEBLO:
¡Gol del Depor!
(La periodista y el
ayudante están charlando. Entra la investigadora. Hablan el policía y la
investigadora)
POLICÍA:
Eso que ve es una persona inteligente, segura y bella. Lo que está a su lado es
sólo un aprendiz de policía que parece un adolescente sobrehormonado.
INVESTIGADORA:
No sea tan duro.
POLICÍA:
El chico tiene que espabilar. Este oficio requiere fortaleza.
INVESTIGADORA:
Bien. Que siga manteniendo a la periodista entretenida y alejada de nuestros
asuntos y… que no se le escape decirle nada.
POLICÍA:
Ahora mismo me lo traigo que a este niño una mujer así le hace hasta cantar el
abecedario.
INVESTIGADORA:
Traiga a la educadora también.
(Entrevista a la
educadora social)
INVESTIGADORA:
Buenos días. Intuyo que usted es la educadora social de este ayuntamiento.
(Cris)
EDUCADORA SOCIAL: Así es señora.
INVESTIGADORA: Este ayuntamiento
está viviendo una situación de corrupción, y usted es una de las sospechosas.
Por este motivo, queremos conocer su versión.
EDUCADORA SOCIAL: (Haciéndose la inocente). Yo no
sé nada de lo que está ocurriendo. No tengo nada que ver en este asunto.
INVESTIGADORA:
¿Cómo que no tiene nada que ver en este asunto? ¿Acaso usted piensa que yo soy
tonta? El alcalde me lo contó todo, sino te lo puede decir el agente, que está
tomando nota de todo.
POLICÍA:
Si señora, el alcalde confesó todo lo que hizo usted.
EDUCADORA SOCIAL: Ay dios santo, en menuda lea
estoy metida yo. Maldito Adolfo. Si estuviera callado sería mucho más guapo.
Esto era un secreto que nadie podría saber, pero vino el jodido del paisano
este y lo larga todo. Yo que quería hacer algo por el pueblo y que, desde el
ayuntamiento, se me diera alguna subvención… esa que pedí mil veces y nunca me
la quisieron dar. Por ese motivo, decidí emborrachar a Adolfo para que me
firmara todos los papeles que necesitaba para poder conseguir todo el dinero que
necesito para llevar a cabo mi proyecto. Hago esto y acabo siendo investigada…
Mi vida es un desastre. Ahora, más que nunca, me siento inmersa en la mierda.
No sé qué hacer. Después de todo esto ya le puedo decir adiós a mi proyecto y a
mi carrera profesional.
POLICÍA:
Chaval, tomarías nota de todo lo que dijo esta señora.
AYUDANTE:
Si señor. Tengo todo anotado al pie de la letra, no se me escapó nadita.
INVESTIGADORA:
Entonces usted es culpable, al igual que el alcalde. Y no lo puede negar.
EDUCADORA SOCIAL: Si, tengo parte de culpa. Lo
tengo que asumir.
POLICÍA:
Bravo por usted, que reconoció el delito.
INVESTIGADORA:
Vamos a hacer un descanso.
(Salen todos para fuera)
PUEBLO:
Dios
santo, el partido se está acabando y esto pinta mal. Venga Depor danos una
alegría por favor. Necesitamos seguir en primera. Venga joder, marcad de una
vez.
PUEBLO: Que es
la copa, idiota. De aquí no depende la permanencia.
PUEBLO: Eso… Da
igual… El fútbol es el fútbol.
PUEBLO:
Nosotros queremos nuestros derechos. Queremos que se devuelva el dinero que es
nuestro, pero ya.
PERIODISTA:
Buenos
días, seguimos en directo desde la plaza del ayuntamiento. A estas horas ya han declarado el alcalde y la educadora social. No sabemos lo que pudo pasar ahí
dentro, que no me pude infiltrar para sacar información. Pero como podéis ver,
el pueblo está dividido. Unos viviendo el derbi, sin importarle lo que
está ocurriendo aquí, en la casa del ayuntamiento; mientras que, otra parte del
pueblo está enfurecido y reclama sus derechos.
AYUDANTE:
(Hace
un comentario en bajo). Uff como está...
POLICÍA:
(Escuchó
lo que dijo el ayudante). ¿Quieres atender a tu trabajo?
PERIODISTA:
(Pensando
para sí misma). Me tengo que hacer amiga de ese paisano que está con el
policía, a lo mejor puedo quitarle alguna información sobre lo que está pasando
ahí dentro. Pero, ¿Qué puedo hacer? Ups, me está mirando (le sonríe al ayudante
del policía) a ver si se acerca. Le voy a tener que hacer algún gesto para que
venga.
(El ayudante se acerca a
la periodista disimuladamente)
AYUDANTE:
Buenos días señorita.
PERIODISTA:
Buenos días. ¿Qué tal? (De manera discreta) ¿Qué tal va la mañana?
AYUDANTE:
Va yendo. Entre declaración y declaración un descansito nunca viene nada mal. Y
usted, ¿Qué tal lleva la mañana?
PERIODISTA:
La mañana va bien, intentando dar información a la sociedad de lo que está pasando aquí. Pero es muy complicado poder darla porque, al no saber lo que está
a pasar ahí dentro no se puede decir mucha cosa, solo lo que pasa aquí fuera.
POLICÍA:
A ver chaval, deja de molestar a la periodista y pasa para aquí. No vaya a ser
que te marches con esta señorita y dejes de hacer tu trabajo.
AYUDANTE:
Jefe, ¿Qué está a pensar? ¿No estará pensando qué estoy ligando en horario de
trabajo?
INVESTIGADORA:
(Pensando). A ver cómo puedo hacer para sonsacarle al chico éste información…
(Noelia)
AYUDANTE: Señora
investigadora, se le ha caído este papel a la periodista. No quería ojearlo,
¡lo juro! (se pone pícaro) Creo que es de su interés.
(La periodista revisa la
hoja y habla al policía)
INVESTIGADORA: Policía,
tráeme a la educadora social y a la periodista al salón de interrogatorios.
¡Ahora mismo!
POLICÍA: Ya le digo al
chico ese que nos las traiga. Se muere por las faldas.
INVESTIGADORA: Ese joven
podría sorprenderle. Mejor hágalo usted. Con sigilo. Mienta, si es necesario.
POLICÍA: Está usted
enigmática. (Se acerca a la periodista). Señorita, está usted invitada al salón
de interrogatorios.
PERIODISTA (fingiendo
entusiasmo): ¿Me permitirán más información sobre esta noticia? Mi público
estará satisfecho. (A parte) Al final he conseguido lo que quería de este
niñato.
POLICÍA: Claro, claro…
usted esté presente y tome nota. Luego ya veremos que publicamos (le guiña un
ojo).
Salón de interrogatorios.
INVESTIGADORA: Los hechos
invisibles son tan sólo piezas del puzzle de la verdad que encajados tienen
sentido.
PERIODISTA: ¿Me permite
la grabadora?
INVESTIGADORA: De eso me
encargaré yo personalmente. Resulta que he dado con un documento propietario de
la empresa donde estaba destinado el dinero blanqueado. Y lo más sorprendente
fue encontrar los nombres de ambas dos, firmando. ¿Qué tenéis que decir?
EDUCADORA: Debe ser un
error…
PERIODISTA: ¡Inepta! ¡No
te hagas más la tonta que de tonta ya tienes mucho! ¡Por tu culpa nos han
descubierto! No hay más que hacer…
INVESTIGADORA: No quiero
incomodarle más de lo que ya está… Pero resulta que el documento decisivo se le
ha caído a usted y este prometedor becario lo ha encontrado.
POLICÍA: ¿El chico?
¡Cabroncete! Te he enseñado bien. Has resuelto el caso.
AYUDANTE: La mujer es
bella pero esto es más importante.
PERIODISTA: Lo que te has
perdido si me lo hubieras dado. ¿Sabes que puedo volver bueno a un chico malo
en un día?
POLICÍA: Anda, señorita,
que usted no sabe lo que es el amor. Ha subestimado al muchacho.
PERIODISTA: Como usted
pero oh, tuve un amor. Aquí donde parece que no conozco el amor. Es como la
canción de Joaquín Sabina, 19 días y 500 noches. Lo he olvidado durante el día,
aun lo lloro muchas noches. No sé amar. La gente se divide en dos clases: la
que ve el amor como motor del mundo o la que ve el amor como algo trivial de la
vida.
INVESTIGADORA:
Telenovelas aparte. Dadme una confesión inmediata y vuestra pena podrá ser
reducida. Quizás pueda ocultar vuestros nombres a la verdadera prensa.
AYUDANTE: Sí, a la prensa
honrada.
(La periodista se ríe)
PERIODISTA: No existe la
prensa honrada. Confesaré. La empresa que figura los papeles me habló de que el
acalde de Boqueixón era influenciable y poseía mucho dinero que iba a
“malgastar” en proyectos sociales. Me insistieron en que sería interesante
hacerse con ese dinero y, a cambio, yo obtener la exclusiva del caso para el
ascenso de mi carrera y parte de beneficio. Los periodistas sabemos investigar
y encontré a esta ingenua educadora que iba a participar en alguno de estos
proyectos. Supe lograr que tramase ella mi plan. El mundo se divide en dos
clases de hombres: los que se manipulan con un sobre y los que se manipulan con
un escote. Con ella di con ambos puntos clave y… el resto lo conocéis.
EDUCADORA (ofendida):
¡Lagarta! ¡Te escondí! ¡Te ayudé! Me estabas utilizando…
PERIODISTA: La gente se
divide en dos clases: la que actúa por su propia ambición y aspiraciones y la
que actúa por lo que le dicta la sociedad. Tú eras una flor mustia que
necesitaba aventura y yo supe dártela. Disfruta.
EDUCADORA: Ella fingió
que le habían robado y yo quise ayudarla y nos hicimos amigas. Las casualidades
son las que hacen las relaciones profundas. Siempre me gustó la gente que tiene
que luchar en la vida. La gente que contra la marea crece y se hace fuerte.
Quizás por eso me hice educadora social. Puede que, por eso, me fijase en la
historia de esa mujer. A decir verdad, es cierto que mi vida era un tanto
aburrida y monótona. Pensé que había llegado el momento de abandonar el camino
que me llevaba siempre a la misma vida y rutina. Desprenderme de lo que me
ralentizaba y hacer algo nuevo que me hiciese crecer. Su plan me entusiasmó y
lo llevé a cabo. Ya habéis escuchado la confesión del alcalde Adolfo. (Grita,
colérica) ¡Todo ha salido mal! ¿Por qué culparla a ella
si he sido yo la que se ha dejado engañar?
PERIODISTA: Ha confesado.
He confesado. Pero puedo proporcionar más datos. Si me lo permitís, podría
hacer una propuesta que nadie rechazaría…
INVESTIGADORA: He
escuchado ya lo suficiente. La jueza Lamela estará muy interesada en escuchar a
vosostros, los tres culpables. Quizás le interese tu propuesta. Es todo.
PERIODISTA: ¡Tengo una
exclusiva que cubrir!
INVESTIGADORA: Lo que
tiene que hacer ahora es entrar en el calabozo. Está bajo custodia judicial.
PERIODISTA: Está bien. No
informen al pueblo.
POLICÍA: ¿Cómo arreglar
ese asunto sin que la víbora toque un micro?
AYUDANTE: Le he estado
observando y he estado charlando con ella sobre la noticia… Podría hacerlo yo.
POLICÍA: ¿Tú?
IVESTIGADORA: De acuerdo.
(Llevan a los tres
culpables al calabozo). (Salen la investigadora, el policía y su ayudante al
exterior).
CÁMARA: ¿Y la periodista?
AYUDANTE: Ha relegado en
mí el parlamento al pueblo.
CÁMARA: A veces me
sorprenden sus decisiones.
(Cris)
AYUDANTE: Buenas tardes.
Os habla … La investigación sobre corrupción en el concello de Boqueixón ha
terminado con tres culpables que ya se encuentran a disposición judicial. Las
aguas han vuelto a su cauce. En toda esta trama estaban implicados el alcalde
Adolfo, la educadora social responsable de su consellería y la periodista … Las
autoridades no permiten entrar en detalles pero los indicios apuntan a un
blanqueamiento de dinero y a un interés por evasión de dinero perteneciente a
empresas cercanas a paraísos fiscales.
PUEBLO: ¡Hurra! ¡A la
cárcel los ladrones!
PUEBLO: ¡Viva la
justicia!
PUEBLO: cinco minutos de
descuento. ¡Gol del celta! Esto huele a empate en el derbi.
(Noelia)
AYUDANTE: Esto invita a
la reflexión. Lamentablemente, la corrupción azota nuestro país e invade toda
España, a veces sin justicia ni sentencias ejemplares. El caso de hoy debe
animarnos a confiar en la justicia y en los principios de la democracia por los
que lucharon nuestros antepasados en tantas rebeliones: Igualdad, libertad y
fraternidad.
POLICÍA (a la
investigadora): Quítele el micrófono al chico que se nos crece. Ahora resulta
que es un leído y todo.
INVESTIGADORA: Caso
cerrado.