Que alguien frene ese crono para mí.
Frenar el frenesí.
El mismo
Maleante de la masa.
El mío
Necesita pausas.
Te respondo a otro ritmo
Si mi voz interior viaja.
Te escucho, no te timo,
Pero mi voz se atrasa.
Mi yo pensante
Se toma más calma
En los momentos cambiantes.
Apaga esa alarma.
Que alguien pare el reloj.
Que se congelen los momentos.
En mente, alma y demente corazón.
Se cumplen dos años desde la publicación de LA PROFECÍA DE LA PERLA y tres años desde la publicación de PRIMAVERA DE TORMENTO. Podéis comprarlas tanto en papel como en formato electrónico encargándolas en librerías o bien online. Aquí os dejo dos pequeños fragmentos de cada una.
"Vamos, la sociedad nos educa para que en la historia del mundo seamos personajes planos -prosiguió Reidos, envuelto en un halo de misterio-. Para todos el mismo plan maestro: crecer, estudiar, trabajar, enamorarse y formar una familia hasta la muerte. ¿No sería más emocionante salirse de las líneas y darle emoción a tu vida? Lo nuestro sería una historia digna de contar en una gesta." (Reidos, PRIMAVERA DE TORMENTO)
"Un alma gemela irrumpe sin avisar, sin ser predicha, sin ser anunciada. Aparece y ya está. No trae calma. Todo lo contrario. Es como un torrente inesperado que pone tu mundo patas arriba, todo del revés. Cambia la verdad, la mentira, la realidad. Es un huracán que marca un antes y un después. Es dinamita para el corazón." (LA PROFECÍA DE LA PERLA)
"Dicen que el fuego, como elfa, es lo único capaz de matarme. Nadie me dijo nada de las llamas de la pasión -habló Marta sin reparar en el sentido de sus palabras.
-Y aquí estamos, entre las cenizas de una mazmorra sin más compañía que una hilera de cadáveres -respondió Reidos. Recuperó su semblante seguro.
-Eres solo un juego -soltó Marta, mirándolo con sus ojos oscuros teñidos de dolor.
-Tú no eres ningún juego para mí -respondió él muy serio." (PRIMAVERA DE TORMENTO)
"Había sentido rozar el sol a su lado. Había logrado aguantar todos sus golpes. Pero se quebraron el corazón sin remedio. Sin embargo, no quería apartar de su mente sus recuerdos, tan trágicos, tan cómicos, tan felices, tan todo con ella. Verían siempre, desde la distancia, la misma luna; sentirían la misma lluvia los mismos rayos de sol. Confiarían en cada arcoíris y cascada. Algo le decía que había un hilo que siempre los uniría. Cada uno había devorado el cuerpo del otro. Habían besado el alma del otro. Perdieron el honor y se pusieron en peligro hasta luchando contra la mismísima muerte por quererse. Amores así son imposibles de olvidar. En la vida, pensaba Fabián".
Nada perdura en el tiempo.
Todo es efímero, pasajero.
Aunque su fin desconozcamos.
Y sus lindes y fronteras no veamos,
como el universo.
