lunes, 15 de diciembre de 2014

La ecuación de la vida


¿Qué ocurriría si de pronto se descubriese una fórmula o ecuación que dirigiese nuestra vida o adivinase nuestro destino? Parece muy improbable y únicamente fruto de una imaginación desbocada. Pero tal y como está avanzando la ciencia no es descartable que algún científico ya haya soñado con alcanzarla. Sin lugar a dudas, sería todo un descubrimiento revolucionario. Actualmente ya se están "descubriendo" fórmulas que parece que se acercan a ellos. ¿Hasta qué punto es recomendable todo esto?

Investigadores del University College de Londres dieron con una fórmula matemática para medir la felicidad. Está basada en que, cuanto mayores sean nuestras recompensas respecto a nuestras expectativas, mayor será el grado de felicidad. Con todos mis respectos hacia el trabajo de estos investigadores que, sin duda, han realizado una gran investigación; habría que añadir que no son los primeros en haber creído dar con la fórmula de la felicidad.

Se puede encontrar en dichos que afirman: "no es más feliz el que mas tiene, sino el que menos necesita" o "felicidad es salud, dinero y amor" entre otros tantos. La literatura también aporta muchas reflexiones y posibles fórmulas para ello y luego está la ciencia, que afirma que la felicidad depende de las hormonas de la serotonina y de las endorfinas; que se puede ayudar a poseer ingiriendo determinados alimentos o haciendo ejercicio.

Sin embargo, para conseguir una fórmula tal habría que tener en cuenta muchos más factores. ¿Se pueden acaso medir los sentimientos como la gratitud, el amor, la frustación, el dolor o la amistad? No existe ningún aparato capaz de medir tales factores. ¿Llegará el punto en el que se intente racionalizar también términos tan subjetivos como estos?

Es cierto que el mundo está cada vez más racionalizado. Vivimos rodeados de la ciencia y la tecnología. No obstante, ¿qué ocurriría si se llegara a definir matemáticamente y a racionalizar la vida de las personas? La humanidad dejaría de ser humanidad en su esencia de diversidad. Todos seguiríamos el mismo patrón y, como afirma otro dicho, "en la diversidad está el gusto".

Nadie sabe como será el futuro ni hasta que punto llegaremos a estar condicionados por las tecnologías. Yo os dejo una estrofa de la rima IV de Bécquer, que encuentro oportuna:

"Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista;
mientras la humanidad siempre avanzando,
no sepa a dó camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡Habrá poesía!"

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