La
luz del alba
Adorna
mi ventana.
Las
horas del día
Tempranas
y tardías
Consumen
mi sueño.
Me
desvelo.
Abrazo
mis ganas de vivir,
Abrazo
el Carpe Diem sentir.
Mañanas
de escarcha.
Tardes
templadas.
Madrugadas
de estrellas furtivas
Que
me vuelven más productiva.
Días,
semanas, meses;
Tan
solo entremeses
Menú
de horas, minutos, segundos
Para
el descanso profundo
De
alma inmortal.
Porque
cada principio
(con
y sin alivio)
Tiene
un anunciado final
Lejos
estará por llegar.
O
eso espero, (menos mal).
Lo
que se pueda lo hemos de aplazar
Y
cuando llegue, sin miedo abrazar.
Para
cuando mi cuerpo clame calma
Y
con un beso agarre a la parca.
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