Me levanto con mi alma
dividida al dejar la cama.
Pedacitos de intenciones,
propósitos, planes, emociones...
Se fusionan a golpe de café,
como mina que de noche pisé.
Reúno de la explosión los restos
en mis madrugadas de silencio
mientras el día, taciturno, aún calla
asomando la nueva jornada.
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