domingo, 27 de junio de 2021

Princesa Encarcelada

 De verde esmeralda y frío dorado sus poderes entre esperpento.

A la princesa maldijo la bruja de la sociedad y el dinero.

En una celda de apagados barrotes y de su voz en tan sólo un momento
Privándola a la anciana democracia helena en el hierro.
Dictadura psicológica y de los grilletes de los billetes. De lo encubierto.
Con un piano por compañía, los en apariencia pálidos y delicados dedos
 por fuera, más de duro diamante e inquebrantable mármol por dentro
Rozaron las teclas y surgieron las notas. Las palabras anhelaban con fuero
 la melodía y descubrió que cantar podía. Fuerte como acero.
Así, palabras y música, amantes, olvidaron su agonía. Y de la hiel veneno.
Cantó la princesa a la fraternidad de las gentes que la quisieron.
A la justicia de los inocentes. A la igualdad de sus súbditos y adeptos.
Y de paz y amornía por amor unidos su deseo.
Cantó para los oídos que escucharla anhelaban. A pieles privadas sin consenso
De su tacto. A labios sellados. Al olfato de las rosas ya olvidado y zalamero.
En amor y pasión las palabras y las notas se fundieron.
A un mundo podrido. Hacia el amor desinteresado que no espera reflejo.
Dos palabras: alma amiga. Y cantó la princesa acordes ardientes de fuego.
Torrentes de canciones de agua y lluvia y de estragos sus aguaceros.
Vendavales de melodías en el desierto. Y cuales terremotos conciertos
Que de la tierra hizo temblar de explosión de inspiración sus cimientos.
Música que resuena del genio creador como un placentero sueño
Llegando a sus aliados, sus partidarios del tirano prisioneros.
Alentándolos la incandescente antorcha de esperanza de luz agujero.
Y derrocar al tirano y de su plan de esclavitud intento.
Letras y acordes usurpando ungüentos del embrujo se unieron.
Cual rayo, cual relámpago, cual choque, cual trueno.
Entre gente contaminada resuenan de los solitarios cánticos su eco,
De oasis de personas de consciencia, grandes valores y pensamiento.
Se lee en su voz alzando su discurso en sintonía entre rumores austeros,
Peligroso mas inofensivamente ofensivo de energía y poesía sin miedo.
Armas más letales que afiladas hojas de dagas, los instrumentos.
Agonizaban las hiedras y espinos que su celda custodiaban entre lamentos.
Con firme ética y principios ilesos apuntando al sol directos.

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