Noche de luna ladeada de pálida plata.
Esplendorosas estrellas que arden alumbrando
La bella bóveda del firmamento infinito.
Tiembla la brisa templada en la tempestad.
Las nubes danzan al compás de las hojas.
Ecos de un viejo piano desafinado por estrenar.
Pasan las horas y escribo nuestra historia.
El espejo me dice que soy un día más vieja.
Se consume, lentamente, como una vela
Derritiéndose, poco a poco, lágrimas de cera.
Una historia sin miedo ni lamentos, hoy ya.
Alma perdida y hallada, mejor que un sueño.
¿Te unirás a mi sueño
En una valiente cruzada
Batallando entre sábanas?
Ayer pasó.
Hoy ya no es hoy.
Mañana siempre tarda.
El sol espera, paciente, a alzarse.
La canción de insomnio se termina
Bajo los acordes de la vigilia.
Otro día, en la alborada estival.
Otro destino, otra día más.
¿Qué traerá el vendaval?
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