NO TENGAS MIEDO
Se desliza la noche.
Abro los labios mudos.
Tus ojos me miran ciegos.
Tu risa es tan bella.
Tan cantarina entre las centellas.
Que me demoro al derroche.
El gato de miranda intensa,
Profunda, inmensa.
De gesto hundido y curvo.
De largo porte.
Estiizado y elegante.
Maullidos como los de un tigre
Que va tras su presa.
Intuyo porque te alejas.
Yo no soy de esas.
Dos corazones corrían paralelos
En punto
De colisión.
Me agradaban tus pros.
Me atraían tus contras.
Conjugas el verbo soñar
Y declinas la soledad.
En tu mirada felina.
Grandes ojos turquesa,
Como las aguas de las mil islas
De playas de arena fina.
Aquellas que, como tú,
Trataron de reinar conquistadores
Y a sus sendas salvajes.
Tú eres ese paraíso.
A veces, solo hay amor cuando hay tortura…
De sadomasoquistas está lleno el mundo.
Tu coraza de oro luces
Como un tesoro ajeno a los daños
Pasionales, que tu produces.
No me aterra.
Quiero adentrarme en la gran cálida
Vida de tus parajes.
Tendré que luchar contra el suplicio.
Tan imaginable que resulta amarte.
Cara oculta de la luna.
El ardor mortal de Marte.
Sin embargo, tu me correspondes.
Tras tu gesto cobarde.
Te odian, te envidian.
He empezado a admirar pasos
De esos que das tan sigilosos.
Sobre la nieve, las tierras.
Derriten el hielo y asoma la hierba.
Era una gran amenaza.
Vida silvestre.
Nada podía intervenir
Ante un corazón marchito…
Sano por dentro
Sabio, cual maestre.
Se rumorea por ahí que tus zarpazos hacen llagas.
Que tus mordiscos son como heladas dagas.
Corazón rodeado de espinos.
Sin presumir, siempre ágil he sido.
Esquivo arañazos y pinchos.
No temas.
Deja que te vea.
Entonces miedo tú tendrás.
Ya sabía quien eras.
Tu aura, tu sombra. Y todas tus maravillas contemplar.
No hay amor más puro que el salvaje, el animal.
Como el de madres y padres.
Conocidos, amigos, familiares.
Verdaderos amantes…
El del instintivo hipocampo y más irracional.
Corro bajo las nubes y con el viento en contra.
Amanece.
Me desvanezco.
Que no se agote el tiempo.
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